Ser productor pequeño. ¿Gran problema o gran oportunidad?

Ser productor pequeño. ¿Gran problema o gran oportunidad?

Según estudios de la organización internacional del café ICO, las fincas productoras de café de menos de 4 hectáreas raramente generan ganancias. La razón es que los costos de producción son altos, la productividad es baja, la capacitación no es constante y muchas de estas fincas no tienen la estructura adecuada para asegurar la calidad del café.

Sin embargo, las fincas pequeñas son también las que tienen el mayor potencial de producir café excepcional. La experiencia dice que cuando un pequeño productor cuenta con la información y los recursos necesarios para realizar la transición a la producción de café especial, el esfuerzo vale la pena. El detalle y cuidado que requiere la producción de cafés diferenciados pone a los pequeños productores en una posición de ventaja en comparación con grandes plantaciones de café.

Si bien es cierto que las grandes plantaciones de países como Brasil cuyo tamaño promedio es de 7.5 hectáreas, cuentan con bajos costos de producción gracias a su tecnificación, la realidad es que, los puntajes de taza rara vez son excepcionales, la producción de café es intensiva y por esta razón difícilmente se pueden destacar proyectos de cafés producido de manera sostenible y cuidando la biodiversidad, ambos criterios cada vez más demandados por los mercados internacionales.

En el caso de Colombia, el 80% de las fincas de café poseen entre 2 y 3 hectáreas, gran parte de ellas en altitudes superiores a los 1300 msnm, en áreas montañosas y con gran biodiversidad. Este parece ser el escenario perfecto para producir café de muy buena calidad. Según Tecnicafé, los principales criterios para producir café de calidad excepcional son los siguientes, en orden de importancia:

1. Las condiciones agroclimáticas o el “ terroir”, es decir características del suelo, horas de sol, precipitaciones, viento, altitud y clima específicos de una locación geográfica.
2. La genética o varietal.
3. La recolección y clasificación selectiva de las cerezas del café.
4. Procesos de fermentación.
5. Secado del grano.

Lo anterior quiere decir que, si un productor pequeño conoce las características de su suelo y las condiciones agroclimáticas de su finca, y lo combina con un trabajo de cuidado y detalle para nutrir, seleccionar, procesar y secar sus granos es muy probable que el resultado sea un café único, de excelentes propiedades organolépticas , que se puede vender en lotes pequeños y en mercados que realmente aprecian su valor.

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